Quienes eran
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Tercio en Formacion |
Para los europeos del siglo XVI y XVII fueron el terror de los ejércitos franceses y holandeses, fueron la carta que jugarán los Austrias para construir y defender su imperio, fueron la infantería mítica de la edad Moderna, consolidándose como un núcleo férreo e infranqueable; una pequeña fortaleza, como acabaron llamándolos los franceses por su solidez como bloque a la hora de plantar batalla, fueron el instrumento de política y guerra y el elemento que influía en la mesa de negociaciones, tratados y paces.
Origen
Surgieron bajo el mando del célebre Gonzalo Fernández de Córdoba, apodado “El Gran Capitán”. Este noble cordobés fue el responsable de la introducción de notables mejoras e innovaciones en el ejército de infantería español, siendo el organizador de una de las tácticas de guerra que más beneficios tendría para el futuro Imperio español y que más desarrollo sus tácticas para sus ejércitos: la guerra de desgaste y la emboscada.
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Insignia de los Tercios. |
Sin embargo será en el siglo XVI cuando Carlos I de España funde oficialmente los Tercios españoles, que se denominaban los Tercios Viejos.
Armas
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Armaduras y Armas |
Pocas unidades en la historia de la humanidad han manejado tanta variedad armamentística como la portada por los Tercios de Flandes. A través de una coordinación no conocida en la historia, los Tercios eran capaces de pasar en pocos minutos de batería andante a muralla de picas humana. Y si la muralla caía, la unidad desenvainaba espadas y dagas para vender a lingotes cada centímetro de terreno. Por no hablar de su capacidad de fragmentarse en pequeñas compañías.
Disparo
Arcabuz y Mosquete: Pronto desplazada la ballesta, los arcabuces fueron aumentando su número: de ser una tercera parte de los efectivos a principios de siglo XVI hasta suponer el 80% a finales de siglo. El arcabuz era un arma de fuego de un tamaño de 90 a 130 cm (un peso de 7 kg), que disparaba proyectiles de 19 a 30 mm de diámetro.
A través de un sencillo mecanismo de disparo, los proyectiles salían a una velocidad de 200 metros por segundo, aunque, al tratarse de un arma muy imprecisa, su alcance efectivo no sobrepasaba los 30 metros en el mejor de los casos
La pica
Si hay un arma que representa el espíritu de los Tercios esa es la pica. A mediados de siglo XV las infanterías europeas, influenciadas por el renovado interés por el mundo clásico, recuperaron las lanzas para el combate. La pica moderna, tumba de la caballería medieval, tenía una envergadura de 5,5 metros y estaba inspirada en las lanzas empleadas por las falanges macedonias, cuya longitud era mucho mayor, de 22 pies. Las picas españolas se fabricaban, preferentemente, con fresno vizcaíno –de gran flexibilidad– y tenían un peso de unos 5 kg.
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Picas y Alabardas |
¿Por qué la infantería española saco tanto rendimiento a la pica? Los mercenarios suizos fueron los primeros en recuperar la pica en escuadrones compactos, sin embargo los tercios no eran una unidad de combate sino de encuadramiento, con capacidad para fragmentarse en un sinfín de variedades. Con poca tradición de caballería pesada, la pica encajó al dedillo en la Península Ibérica donde la infantería gozaba de una larga tradición.
La toledana y vizcaina
A diferencia de las espadas medievales, diseñadas para cercenar miembros, las del periodo renacentista eran ligeras y se empleaban para batirse en duelo. La lucha se efectuaba de perfil para reducir el blanco y exigía mucha movilidad.
Por ese mismo motivo, en vez de contar solo con gavilanes –la forma de cruz de las espadas medievales–, tenían una cazoleta que reducía el peso. Precisamente estos tazones, objeto de ornamentos y figuras talladas convertían en obras de arte a muchas de estas espadas. En el caso de los gavilanes usados a partir del siglo XV se aprecia una reducción de peso y tamaño.
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Vizcaina (Centro-Izquierda) Toledana (Centro-Derecha) |
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Alatriste (Arturo Perez-Reverte) |
Las espadas toledanas tenían fama mundial; asimismo, se hacían excelentes aceros en Zaragoza, Calatayud, Cataluña, Bilbao, Segovia y Valencia.
Armaduras
En general, los soldados de los tercios iban poco acorazados, y la tendencia fue precisamente a reducir aún más la armadura, pues esta solo restaba movilidad y no protegía de los proyectiles de pólvora –si lo hacían la armaduras de placas, pero su precio era excesivo.
El morrión era un casco en forma de media almendra para hacer resbalar los golpes, que solía incluir unas alas casi horizontales para proteger el cuello de los golpes verticales.
En las campañas del Gran Capitán, la incidencia de las rodelas fue crucial. Los hábiles espadachines castellanos, con espada y escudo, se colaban entre las filas francesas para causar estragos. Su importancia fue disminuyendo ante la necesidad de emplear ambas manos en el uso de las picas.
Tacticas
La formación más típica que adoptaban estas tropas era el escuadrón de picas , rodeados de otros adoptando la formación de flancos, evitando las maniobras envolventes del enemigo. También formaban pequeños cuadros en los lados. El portavoz de estas órdenes era el sargento mayor, el cual las pasaba a los sargentos de compañía y éstos a los capitanes para desplazar a sus soldados. Como dato, los arcabuceros eran la unidad de élite y por tanto estaban exentos de hacer las guardias nocturnas y tenían un ducado más de paga al mes.
Estas unidades tenían cuatro formaciones: la cuadrada (mismo frente que fondo), el prologando (tres cuadrados unidos) con la variación de la media luna (en que las alas prolongaban la curvatura, protegiendo el centro), en cuña o triangular, que adquiría forma de tenaza o que tomaba la forma de sierra, uniéndose a otros por la base; por último, la formación de rombo.
Estas unidades tenían cuatro formaciones: la cuadrada (mismo frente que fondo), el prologando (tres cuadrados unidos) con la variación de la media luna (en que las alas prolongaban la curvatura, protegiendo el centro), en cuña o triangular, que adquiría forma de tenaza o que tomaba la forma de sierra, uniéndose a otros por la base; por último, la formación de rombo.
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